Visita guiada por Asuán durante la cual veremos la Gran Presa, gigantesca obra de los tiempos modernos, así como el Templo de la Isla de Philae. El Templo de Isis fue uno de los últimos templos del antiguo Egipto que permaneció activo, ya que continuó funcionando hasta el reinado del emperador bizantino Justiniano I (527-565 d. C.), quien ordenó el cierre de todos los templos paganos. Aquí, un sacerdote de Isis llamado Esmet-Akhom talla la última inscripción jeroglífica, que data de finales del siglo IV d.C. (394 d.C.). Regreso al Crucero. Por la tarde, paseo en una faluca tradicional (los característicos veleros locales del Nilo) con Asuán como telón de fondo para disfrutar de la puesta de sol. Almuerzo, cena y entretenimiento a bordo. Durante la noche.
Excursión Opcional a Abu Simbel (Precio orientativo: 100€, según participación)
Si no te importa madrugar, te sugerimos realizar un viaje por carretera opcional a uno de los yacimientos arqueológicos más populares de Egipto, Abu Simbel, a 280 kilómetros al suroeste de Asuán y a 40 kilómetros de la frontera con Sudán. Abu Simbel consta de dos magníficos templos, parte de un complejo de siete templos construidos por Ramsés II (1244-1224 a. C.) para conmemorar su victoria sobre el ejército hitita en la batalla de Qades. Están ubicados en la orilla occidental del lago Nasser, donde fueron trasladados por la UNESCO, cuando el gobierno de Egipto decidió construir una enorme presa y crear este lago. Ramsés II dedicó el Gran Templo a sí mismo y a los dioses Ftha, Ra-Horakti y Ammona-Ra. A la entrada del templo hay cuatro estatuas, de 20 metros cada una, que representan a Ramsés II, sentado con las diademas reales y la doble corona del Alto y Bajo Egipto. El Gran Templo fue construido con absoluta precisión astronómica en cuanto al cálculo de los movimientos del sol: cada mañana está iluminado por los rayos del sol, mientras que dos veces al año – el 22 de febrero, cumpleaños de Ramsés II, y el 22 de octubre, día de su ascensión al trono: un rayo de luz del sol naciente penetra hasta el santuario del templo envuelto en la oscuridad e ilumina los rostros de las estatuas. En el lado norte de la roca hay un templo más pequeño, dedicado a la diosa del amor Athor y a la esposa de Ramsés, Nefertari. Regreso a Asuán y gira con el resto del grupo.